DESEXILIO
CRUZ/CATÁ
comisariada por:
Nicola mariani
por Nicola Mariani
Tw: @nicola_mariani
Son, éstos, tiempos acelerados de cambios vertiginosos. Muchas de nuestras relaciones sociales, experiencias y emociones se viven cada vez más por medio de pantallas y dispositivos digitales.
Como diría el sociólogo Zygmunt Bauman, vivimos vidas líquidas. En una época en la que todo parece suceder cada vez más de prisa, y los días se alternan rápidamente, escapándose casi de nuestras manos como un flujo imparable de situaciones automáticas y rutinarias, abogar por la pausa; la cercanía y la mirada reposada puede resultar un gesto inédito y casi contracorriente.
A través de este meeting art – Cruz/Catá - queremos presentar una pequeña, pero muy selecta, muestra del trabajo de dos de los artistas más interesantes del panorama artístico emergente español: Irene Cruz (Madrid, 1987) y David Catá (Viveiro, Lugo, 1988). Actualmente afincados en Berlín, los artistas llegan a Madrid para encontrar al público y exponer sus obras, caracterizadas en ambos casos por un marcado estilo personal, claramente reconocible, y por su gran intensidad plástica y poética.
La fotografía de Irene Cruz plantea un discurso formal narrativo de tipo escenográfico.
En sus cuadros fotográficos, la artista construye escenarios, casi cinematográficos, en los que reinan el misterio, la incertidumbre y cierto dramatismo de sabor romántico. En su trabajo la naturaleza tiene un papel central, evidenciándose un estrecho vínculo con el género del paisaje. Sin embargo, éste último no está representado con una actitud pasiva y meramente contemplativa.
Siempre existe una tensión latente entre lo determinado y lo indeterminado, lo interior y lo exterior, la realidad y el sueño. Son, las fotografías de Irene Cruz, unas fabulas en las que aparecen de vez en cuando personajes fugaces. Las figuras femeninas que protagonizan estos cuentos atemporales son modelos que es imposible reconocer. Incluso cuando es ella misma la que aparece en la historia, su presencia nunca tiene la forma de una autorretrato.
Se trata, más bien, de una aparición fantástica y fantasmática.
Por su parte, David Catá trabaja el concepto de memoria. En sus obras plasma a nivel visual la dimensión efímera de la existencia, vinculada al recuerdo de experiencias y emociones vividas a lo largo de su vida. Su trabajo tiene una clara connotación autobiográfica y su propio cuerpo se convierte en el soporte de un diario gráfico íntimo literalmente trazado sobre su piel y continuamente borrado.
El proceso creativo de Catá tiene un componente conceptual y performativo, creando un dialogo ideal entre el soporte y el contenido metafórico de las obras. En este sentido, el hilo de la vida deja sus huellas reales sobre el cuerpo del artista. Sus intervenciones con aguja e hilo sobre la piel quedan registradas a través de la fotografía y el video. De esta manera, las documentaciones del proceso creativo en soportes bidimensionales adquieren valor como obras de arte en sí.
Con este evento - informal pero riguroso desde el punto de vista artístico, tanto en el planteamiento como en su concreta realización – se quiere ofrecer al público una experiencia recogida, en la que personas con gustos e intereses parecidos, con una misma curiosidad y pasión por el arte, puedan encontrarse y relacionarse directamente disfrutando del trabajo de estos dos artistas. La clave del meeting art es, por lo tanto, acercar al público las más interesantes tendencias creativas actuales, en lugares que no son los habituales espacios dedicados a la realización de exposiciones de arte. Se
trata de lugares, por así decirlo, “no convencionales”, en los que arte y vida se unen en un binomio imprescindible.
El espacio expositivo, el estudio de un fotógrafo profesional, no ha sido elegido por casualidad. La intención es la de evocar conscientemente una reflexión abierta sobre el propio medio fotográfico; sobre sus aspectos técnicos y sobre sus potencialidades expresivas, tanto a nivel profesional como a nivel creativo: dos ámbitos que se hallan hoy día más que nunca estrechamente relacionados. Si bien el estudio fotográfico pueda aparecer a primera vista como un lugar insólito,donde es raro ver exposiciones de arte, no podemos olvidar que la primera exposición del grupo de los Impresionistas,
de 1874, tuvo lugar en París en el taller del fotógrafo Nadar.
Se pueden organizar exposiciones de valor en los lugares más diferentes e independientemente de su ubicación y tamaño. Lo más relevante, según nuestro criterio, es la calidad del proyecto y de las obras que se exponen; no su cantidad. Contrariamente a lo que se suele escuchar por ahí, la cantidad no es calidad. Siempre nos vendría bien recordar, de vez en cuando, el célebre aforismo de Ludwig Mies van der Rohe: less is more, menos es más.
Tal vez nos vendría bien recordar también a Umberto Eco, quien afirmó una vez que su ideal de museo sería un museo con una sola obra.
“El exilio es el aprendizaje de la vergüenza. El desexilio, una provincia de la melancolía”.
DEFENSA PROPIA, Mario Benedetti.
20 Diciembre - 5 Enero
FOTOdeLUXE - Madrid
c/Castello 27, 28001
exposición + meeting art